El concepto nació de una fusión de elementos: desde la cocina tradicional mexicana y la mixología -especialmente en el norte del país- hasta los diferentes matices que se encuentran en el desierto y el carácter distintivo de las haciendas.
Para este proyecto, los colores del desierto se mezclaron en el yeso de tierra. Las pruebas de rendimiento se realizaron con diferentes proporciones de agregado para lograr un equilibrio de color, textura, dureza y resistencia a las grietas. Una vez logrado el tono deseado, se buscó la continuidad con la paleta monocromática, reproduciéndola en las superficies de madera con bordes lisos que, al tiempo que añadían textura a las terrazas y los muebles, conservaban las líneas limpias y las tallas características de la artesanía del noroeste de México. Este tono principal continúa en los pisos, donde un patrón único se combina con la superficie texturizada de las paredes.
Las paredes bajas, de diferentes alturas, funcionan como tabiques, creando distintas atmósferas en los grupos de mesas. Estas paredes texturizadas con bordes lisos dan la impresión de haber emergido del propio suelo y haber sido erosionadas.
En la cocina, el espacio de cocción está en el corazón de todo el proyecto, rindiendo homenaje a los métodos tradicionales de cocción con leña, ya sea en un horno de piedra o de carbón. Este espacio está abierto a todos los huéspedes y ofrece un escenario inusual: una oportunidad única de pasar tiempo juntos, como lo hicieron los primeros colonos de las cuevas.
Por otra parte, una rejilla de techo en relieve combina 9 módulos únicos diseñados y desarrollados con trazas de líneas basadas en los planos del sitio de Paquimé (Chihuahua, 1130 d.C.), que se conectan en sus cuatro lados en tres puntos de contacto, formando un conjunto aleatorio de 1.200 piezas. Apoyando este concepto, se añadieron formas mecánicas para ocultar todas las instalaciones necesarias, parecidas a algunas de las texturas de la Estrella de la Muerte de Star Wars. Todas las piezas fueron termoformadas en poliestireno reciclado y pintadas con un esmalte a base de agua, haciendo eco de los tonos de los elementos circundantes. En todas estas tomas se forma un paréntesis contemplativo.
Veneno se convierte en un lugar donde los olores, colores y texturas, los incendios y las bebidas hacen que todos los actores -tanto los clientes como el personal- formen parte de una escena en una obra que tiene lugar dos veces al día.
Un espacio único tallado en el suelo, en honor a los sabores que emanan de él.
Materiales utilizados :
1. Custom earther plaster walls (made on site)
2. Santa Julia – Klinker 30 x 15 x 1.2 cm / natural wheat color
3. Sherwin Williams – Veneno custom color / matte
4. Illux – TH-3004.B wallwasher - The Collection
5. Illux – TL-4008.G lamp – The Collection
6. Custom rose wood wood works
7. Custom stamped concrete floor
8. Custom rose wood tables and chairs (with woven leather)