El estudio de arquitectura mexicano RIMA Design Group ha completado un proyecto de diseño y construcción para un centro de arte formado por varias estructuras conectadas hechas de tierra apisonada. Los muros de tierra se escalonan en relación con la topografía inclinada del emplazamiento y se construyeron con tierra extraída del terreno sobre el que se asientan.
Hay pocos materiales tan contextuales como la tierra apisonada. El uso de suelos locales puede dar lugar a estructuras que transmiten los colores y texturas de un lugar y parecen extensiones naturales de sus emplazamientos. Sin embargo, por cruda que pueda parecer la construcción con tierra, se trata de un proceso técnicamente complejo y laborioso, a menudo restringido a determinados climas, condiciones del suelo y edificios de alturas y usos limitados.
El desértico sur de la Península de Baja California, en México, es uno de los lugares que ofrece el tipo de suelos secos, arcillosos y de grava, así como las condiciones climáticas áridas, idóneos para este tipo de construcción. "Los diseñadores acaban de empezar a explorar la tierra apisonada en sus proyectos", dice el arquitecto Gerry Rivero, que dirige el Grupo de Diseño RIMA, con sede en Los Cabos, junto con Maritere Rivero. "Creo que es porque la gente es cada vez más consciente de que existen los recursos para hacerlo". Cuando contactaron con RIMA para concebir un centro cultural y taller para artistas visitantes, a los Rivero les pareció el edificio adecuado para iniciar su propia exploración del material. "Se trata de un producto para un artista, que quería crear un lugar para que otros artistas colaboraran", dice Rivero. "Propusimos la tierra apisonada desde el principio porque el proyecto es muy artesanal".
La Casa Ballena es un complejo de volúmenes rectangulares de tierra apisonada unidos por pérgolas de madera. Las estructuras varían en altura en función de las vistas y la pendiente del terreno. Parecen danzar sobre la ladera, algunas tocándose ligeramente para crear conexiones interiores, otras distanciadas para dar lugar a patios exteriores de generosas dimensiones acabados en grava y piedra y plantados con vegetación autóctona del desierto. El programa del centro consta de tres talleres, una galería de exposiciones, comedores, salas de estar y un almacén, cada uno de ellos en un volumen orientado según su función: los talleres están orientados al norte, mientras que las salas de estar y comedores, la zona administrativa y las residencias están orientadas al sur con vistas a un puerto deportivo cercano.
Propiedades de la tierra apisonada
Los muros de tierra apisonada suelen ser gruesos y portantes. El material es resistente a la compresión y puede utilizarse en edificios de varios pisos de hasta unos 10 metros. Aunque es duradera como el hormigón, la tierra apisonada necesita protección impermeabilizante contra la lluvia torrencial y contra la exposición prolongada a la humedad.
Se sabe que la tierra apisonada tiene una masa térmica excelente, pero una capacidad limitada para aislar o controlar la humedad. "La humedad era un reto. Nos afectó por la forma en que el artista quería trabajar con ciertos tipos de soportes de papel. Tuvimos que conseguir deshumidificadores para conseguir las condiciones interiores adecuadas", dice Rivero.
Los proyectos de tierra apisonada que utilizan suelos locales con poca necesidad de transporte de materiales suelen asociarse a un bajo nivel de energía incorporada, sobre todo si se comparan con los proyectos construidos con hormigón. Pero estas ventajas medioambientales no siempre son una garantía: por un lado, los muros de tierra apisonada requieren cimientos más fuertes que los habituales. "Como los muros son tan anchos, los cimientos son más pesados y caros", explica Rivero. "Los cimientos también son más rígidos, ya que cualquier asentamiento posterior hará que los muros de tierra se agrieten".

Un método para producir muros de tierra apisonada consiste en prefabricarlos como bloques que pueden moldearse in situ o en una fábrica. Las ventajas de la construcción en bloques incluyen un mayor control de la calidad, una reducción del tiempo de construcción y una disminución de los costes asociados al encofrado. La construcción con bloques tiene sentido sobre todo para proyectos en climas más húmedos o para los que se construyen en épocas de lluvia: al igual que el hormigón, las mezclas de tierra no se secan adecuadamente con las inclemencias del tiempo. Los bloques, sin embargo, no consiguen la misma homogeneidad estética que un muro de tierra apisonada in situ. Además, los muros de bloques tienen muchas más juntas, lo que puede dificultar la impermeabilización.
Aunque la mayor parte de Casa Ballena se vertió in situ, RIMA diseñó las fachadas norte del proyecto con bloques. "Hicimos un molde in situ y pudimos producir unos 80 ladrillos al día", explica Rivero. El formato permitió aberturas adicionales para la luz y la ventilación en estos muros y aportan una textura y un dinamismo visual únicos que animan la cara norte del edificio.
Como más juntas suelen provocar más filtraciones, RIMA diseñó bandejas en la parte inferior de los muros de bloque para recoger el agua que pudiera gotear por la fachada exterior. Para estar seguros, los arquitectos también evitaron diseñar la carpintería y ciertos acabados interiores contra estos muros, ya que eran más susceptibles a la humedad.

Preparación y diseño de la mezcla
Los muros de tierra suelen construirse vertiendo mezclas en moldes de encofrado. Se trata de un proceso que se completa en capas de 10 a 16 centímetros que pueden apisonarse a mano o mecánicamente para producir texturas estriadas que a menudo recorren toda la longitud de los muros. Para preparar la tierra para una mezcla trabajable, puede ser necesario romperla en partículas más finas después de la extracción. También puede ser necesario removerla para reducir o aumentar su contenido de humedad.
La mezcla suele ser una combinación de grava, arena, limo y arcilla. La tierra apisonada estabilizada con cemento, como la utilizada en el proyecto Casa Ballena, es una versión de la construcción con tierra apisonada reforzada mediante la adición de cemento, que suele representar un 5% del volumen total de la mezcla.
La tierra que se excavó para preparar el solar de Casa Ballena para la construcción se utilizó como base de la mezcla para verter sus muros estructurales. Según Rivero, el suelo se analizó en laboratorio al principio del proyecto y se determinó que era ideal: no contenía sal ni materia orgánica, y era seco y rocoso. RIMA consultó a constructores locales para diseñar correctamente la mezcla, que combinaba la tierra del lugar con arena de consultas cercanas y cemento Portland para aglutinar. El estudio contrató a un ingeniero de estructuras de Ciudad de México que tenía experiencia en proyectos similares y podía dimensionar los muros de Casa Ballena, cuya profundidad se calculó entre 40 y 50 centímetros (16 y 20 pulgadas).
Dado que las condiciones del suelo y del emplazamiento de cada proyecto son diferentes, suele recomendarse hacer pruebas in situ para determinar la calidad de la mezcla, el color y el acabado adecuados. RIMA produjo una serie de muestras, incluidos tres muros parciales utilizados para probar el color y el acento. A partir de las muestras, los arquitectos tomaron decisiones como añadir una pequeña cantidad de pigmento a la mezcla para conseguir una estratificación más significativa. Los arquitectos también decidieron aplicar un sellador de acabado a los muros para aglutinar aún más el material y evitar la erosión: "La tierra es quebradiza, y la grava y la tierra pueden desprenderse incluso si alguien se frota las manos sobre ella. El sellador ayuda a que la capa de acabado se mantenga unida", dice Rivero.
Uno de los retos de la construcción con tierra apisonada es conseguir un color y una textura uniformes en todos los moldes y vertidos de un proyecto. "Una vez hecha la mezcla, hay que ceñirse a ella, como en la receta de un pastel, en la que la densidad y el tiempo son importantes para controlar la calidad de las capas", añade.

Construir Casa Ballena: aprender haciendo
"Era la primera vez que hacíamos un proyecto de tierra apisonada. Era nuevo para nosotros y muy experimental", dice Rivero. "Requirió mucha investigación y múltiples ensayos para determinar la muestra de muro adecuada". El primer componente del proyecto que construyeron los arquitectos fue la casa del portero, un pequeño volumen de 3,6 metros por 12 pies. "Observamos algunos errores en las juntas frías cuando construimos el primer muro aquí", dice. Las juntas frías se producen cuando una capa de tierra apisonada no está adecuadamente unida a la siguiente, lo que provoca grietas. Otros fallos, como la fragilidad, también pueden deberse a errores de compactación. "Fue entonces cuando aprendimos a hacer parches. No es lo ideal, y no es nada que recomendemos, pero se puede hacer". El parcheado se suele ejecutar rellenando las zonas dañadas de las paredes con una mezcla de masilla fina del mismo color y textura que la de la pared original.
Para evitar grietas por encima de los dinteles de las ventanas y las puertas, los arquitectos tuvieron especial cuidado en dimensionar las aberturas según las recomendaciones del ingeniero estructural. Las fachadas norte y sur albergan una variedad de ventanas escalonadas, que se abren al paisaje por un lado y al mar por el otro. Los muros este y oeste son en general más sólidos y soportan el peso de las losas del tejado.
También había que tener en cuenta las limitaciones de longitud de los muros. "Tuvimos algunos [problemas] con los muros largos, así que los apisonamos por partes y diseñamos un detalle de conexión entre ellos", dice Rivero. Los arquitectos trazaron las juntas del contrachapado para controlar los enlaces entre un elemento de encofrado y el siguiente. "Una de las cosas que aprendimos fue que, al estar en una ladera, el encofrado era más complicado que en una superficie plana", explica. El encofrado se construyó en varios niveles escalonados para soportar muros de entre 4,5 y 6 metros de altura. "Sorprendentemente, fue mucho más complicado de lo previsto", añade.

Para lograr coherencia visual, las paredes se vertieron una a una, con paradas en ventanas y puertas. Fueron necesarios varios vertidos en forma de L y de C para conseguir estrías limpias en las esquinas. "Intentamos mantener formas sencillas. Si se mantiene la sencillez, la estructura también funciona con sencillez y no se producen grietas en las juntas", explica Rivero.
Proteger los muros de tierra apisonada contra los daños causados por la humedad y la infiltración de agua exige prestar mucha atención a los detalles de la cubierta y la base. Una base de hormigón, por ejemplo, suele ser necesaria para evitar que el agua se cuele en la tierra compactada.
Tras las primeras lluvias importantes durante la construcción, los arquitectos resolvieron algunos posibles problemas de impermeabilización a nivel de la cubierta invirtiendo la viga perimetral de hormigón que descansa dentro de los muros de tierra apisonada. Esto permitió que la impermeabilización pasara de horizontal en la losa a vertical en el parapeto, reduciendo así las infiltraciones en las juntas estructurales. "El mayor error es dejar que los muros se mojen por arriba", dice Rivero. "Pueden mojarse por un lado, pero si se mojan por arriba, el agua puede entrar en tu estructura, y en los espacios".
La construcción de los muros duró aproximadamente un año. "Los Cabos tiene una temporada de huracanes", dice Rivero, cuyo equipo empezó el proyecto en julio y recibió la primera gran lluvia en septiembre. "A la lluvia del año siguiente ya habíamos terminado todos los muros de tierra apisonada, pero nos hizo saber qué detalles no estaban funcionando bien".

Riesgo y recompensa
Construir un edificio en un lugar remoto sin consultores especializados no es tarea fácil. "Evidentemente fue mucho riesgo asumir este proyecto", dice Rivero. "Uno tiene mérito cuando logra un gran proyecto. Pero luego, si algo no funciona, te echan la culpa de todo. Esa es la parte más dura de ser constructor, y por eso a muchos constructores no les gusta explorar nuevos métodos, porque hay más riesgo". Tuvimos un cliente muy comprensivo, que aceptó este reto mutuo. En otros países, como Estados Unidos, donde trabajé anteriormente, es posible que tu compañía de seguros ni siquiera te permita construir con métodos de construcción alternativos. "En otros países, puede que tu compañía de seguros ni siquiera te permita construir algo que nunca has hecho antes. Tuvimos un cliente muy comprensivo".