Enclavado en medio del impresionante paisaje de la Toscana, donde el tiempo parece haberse detenido, el hotel boutique Pieve Aldina surge como testimonio de la perfecta fusión del pasado y el presente. Diseñada por Pierattelli Architetture, esta joya arquitectónica rústica pero moderna perteneciente al grupo Domaine de Fontenille captura exquisitamente la esencia de sus raíces de complejo episcopal del siglo XII.
Situado en Radda in Chianti, una pintoresca localidad adornada con ondulantes colinas, verdes viñedos y antiguos olivares, el hotel encuentra su lugar dentro de la renombrada colección Relais & Châteaux. En este proyecto transformador, los arquitectos realzan y conservan con maestría las estructuras originales, adoptando las características locales para crear una armoniosa mezcla de patrimonio y lujo contemporáneo.
Con una generosa extensión de 2.000 metros cuadrados, el principal objetivo del proyecto era transmitir con autenticidad la esencia y la individualidad de este lugar intemporal a los visitantes de hoy en día. Cabe recordar que en 1043, el conde de Piancaldoli regaló este precioso santuario a su amada esposa, Aldina Ubaldini, que da nombre al hotel.
Las tres estructuras presentan características distintivas de una granja toscana clásica, con sus fachadas irregulares de piedra arenisca pietraforte, robustas estructuras de madera, tejas de terracota, acogedores pórticos y patios interiores. Los elementos arquitectónicos incluyen techos altos en los niveles inferiores y suavemente inclinados en la planta superior. El conjunto encierra la esencia del diseño tradicional toscano.
Uno de estos edificios fue residencia de verano de los obispos de Siena y ha sido reconocido por el Ministerio de Cultura italiano como parte del patrimonio histórico de Italia. Junto a ella se alza la humilde pero significativa Pieve di Santa Maria Novella, una joya arquitectónica románica del siglo X. El diseño se centra en la restauración y revitalización de los edificios existentes, incorporando toques contemporáneos para combinar armoniosamente el pasado con el presente.
Dentro de estos tres edificios, el hotel boutique cuenta con un total de 22 habitaciones, incluida la estructura principal adyacente a la apreciada iglesia "la Pieve", que ha recibido la distinción de edificio protegido bajo la supervisión de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje. Al ascender por una escalera de piedra, se llega a la primera planta, donde se descubre un amplio espacio adornado con un artesonado de madera que infunde al espacio un ambiente cálido. Las paredes de cal natural están adornadas con frescos neoclásicos, que desprenden un aire de elegancia y refinamiento. Al igual que "la Pieve", los dos edificios restantes, "Studiolo" y "Conventino", presentan imponentes techos de madera y ventanales que ofrecen cautivadoras vistas de la vasta campiña verde.
Los interiores son testimonio de una fusión perfecta de pureza estilística y estilo contemporáneo, con un mobiliario discreto caracterizado por líneas limpias. Predominan los tonos tierra, como el relajante verde salvia y varios tonos de beige, blanco y marrón, que crean una atmósfera serena. Los materiales seleccionados rinden homenaje a la región, con suelos de terracota, paredes de yeso de cal, accesorios de madera y rodapiés pintados, que representan los arquetipos perdurables de la arquitectura rural toscana.
Para añadir un toque de sofisticación, las obras de la artista parisina Dune Varela adornan losas de mármol de Carrara que embellecen las paredes, mientras que los herbarios de Stéphanie Montaigu entrelazan imágenes de flores y esculturas antiguas en las páginas amarillentas de libros antiguos. Esta amalgama de elementos crea un fascinante tapiz en los interiores del hotel, que celebra la estética tradicional y contemporánea.
En conclusión, la empresa Pierattelli Architetture ha preservado y mejorado artísticamente las estructuras originales, respetando el carácter único de la zona y dando lugar a un ambiente de tranquilidad y lujo atemporal.