Dentro de un estrecho fraccionamiento residencial, en las zonas más prestigiosas de Zapopan, Jalisco, se encuentra Casa JM. Una vivienda diseñada para una familia joven, donde se buscaba principalmente que la casa conservara un concepto de apertura en todos los espacios, con vistas sin sacrificar la privacidad de la familia.
Se generó un concepto a partir de una planta en forma de herradura, que permite generar vistas hacia el interior de la casa. Las fachadas exteriores hablan del ámbito de privacidad y la intimidad, el interior y el exterior se complementan al no tener que generar vanos en el exterior, con lo que se logran elementos limpios, francos, y monolíticos. Los materiales hablan sobre la relación que se quiere obtener con el monocromo, enriqueciéndose recíprocamente el concreto pigmentado con la fachaleta de ladrillo.
El patio central se convierte en el corazón de la casa, ayuda a integrar cuando está completamente abierta y a separar lo interior con lo exterior cuando está cerrada, provocando encuentros casuales y espontáneos entre las personas y la arquitectura. Este espacio habla sobre las transiciones, lo contemplativo y el encuadre hacia el centro de la casa que tiene cada uno de los espacios interiores.
La necesidad de integrar el ingreso del fraccionamiento y la casa en un solo programa diferente e independiente, nos dio la idea de fusionar la propuesta de muro de piedra san Andrés utilizándolo en el muro perimetral dentro de la casa. Este muro baja hasta el nivel de sótano, donde se encuentra un patio doble altura junto con el salón principal y el bar. En este espacio se preserva la gran afición que tiene el dueño por la cacería.
La expresión homogénea y unitaria del proyecto establece un dialogo con los patios interiores, exponiendo los distintos espacios a las mejores vistas y condiciones de asoleamiento, dejando por un lado el confuso entorno de la ciudad.