Proyecto para la sede de JPS Gallery en Barcelona, en un local industrial en el barrio de Poble Nou.
El espacio se organiza de manera simple y directa a través de trazos uniformes que lo dotan de fácil comprensión y pretenden que el protagonista sea el contenido.
El programa se fragmenta en tres zonas, una expositiva, un bloque central de espacios servidores y un espacio destinado a taller, demarcadas por las distintas aplicaciones de la luz en función de la actividad que albergan.
El área expositiva dispuesta en la zona inmediata al acceso del local, está destinada a contener, entre otras, las obras que se desarrollen en la zona de trabajo contigua.
Un distribuidor central, además de vincular con el bloque de espacios servidores, funciona como rótula entre la zona expositiva y la destinada a taller. Manteniéndolo en penumbra y reduciendo la altura, se busca realizar un ejercicio de compresión durante el recorrido, para así potenciar aún más la abundante luz natural que se descubre al entrar en la zona de trabajo.
El taller se dispone siguiendo un patrón de total simetría, apoyándose en la configuración de la estructura existente. Se utiliza la viga pasante como eje central, que traza la columna vertebral a partir de la cual se organiza el espacio de manera idéntica en ambas bandas. Esto se aplica tanto a la zonificación y distribución de las áreas de trabajo destinados a los residentes, como a la disposición de la iluminación, el posicionamiento del volumen central y de los vacíos del mismo.
Este volumen central conformado por dos planos perpendiculares funciona de manera independiente, y rotado 45º respecto a la estructura articula y sectoriza de manera tácita el espacio.
El vaciado de este volumen y su comportamiento autónomo respecto a la estructura permiten la sensación de interconexión espacial, y la expansión de la luz natural a la totalidad del taller. Además de las cualidades intrínsecas de su configuración, aloja y centraliza los requisitos esenciales del proceso de trabajo de los usuarios.
La intervención es leal a su compromiso con el silencio y se centra en potenciar la calidad de la experiencia donde el contenido sea la única distracción, y permanece inacabada hasta que entra en escena el arte que lo habita.