En este proyecto de reforma integral de un piso de 100 m2 en Madrid la premisa principal era conseguir espacios amplios y luminosos.
Se trataba de un piso muy compartimentado, con espacios de circulaciones muy cerrados, oscuros y sobredimensionados. La cocina se encontraba totalmente independizada del salón y resultaba incómoda al estar distribuida en un único lineal. La propuesta de reforma era abrir totalmente el espacio de cocina, salón comedor, recibidor y pasillo para conseguir un espacio único amplio y luminoso.
La vivienda ha pasado a conseguir un espacio de estar de 45 m2 cuando el estado previo eran 5.5 m2 de cocina, 5.5 m2 de recibidor, 7.90 m2 de pasillo y 26 m2 de salón comedor.
Para dar privacidad a las diferentes zonas se plantean unos puntales de madera maciza de suelo a techo, que delimitan las zonas de paso, pero conservan la amplitud del espacio diáfano.
Se diseñó una cocina abierta al comedor con una gran isla central con vitrocerámica y campana integrada en falso techo. Si quieres saber las ventajas de este tipo de cocinas te recomendamos leer nuestro artículo del blog. El fin es conseguir usar los espacios de manera flexible e interrelacionada, poder usar la isla para desayunar, cenar o tomar un aperitivo. La cocina se convierte en un espacio de relación central, donde interactuar y compartir tareas.
Los materiales fueron seleccionados para dar un aspecto moderno, minimalista y elegante. Con una tarima flotante en tonos roble oscuro combinada con tablero laminado PET color gris antracita para la cocina. La iluminación se planteó para poder tener diferentes ambientes según las necesidades.
En este proyecto de reforma integral trabajamos previamente con el cliente a través de infografías 3D para decidir la combinación de acabados y poder visualizar los espacios previamente.
