The Iogurt Shop nace de un logo y una paleta de colores neutros en mano del cliente, de la cual surgió centrarse en un color verde menta para la totalidad del diseño, inspirando la idea de crear un ambiente que evocara -lo congelado-. Sin embargo, para evitar que el espacio se sintiera demasiado frío, se implementó la solución creativa de aplicar pasta en color verde tanto en muros como en piso, así como de integrar el color en el mobiliario; optando por un enfoque monocromático y reservando el color para los deliciosos toppings.
El acceso te recibe con muros que dan la apariencia de ser un helado derritiéndose, el cual está enmarcado con una tira led que te invita a seguir el recorrido a través de un gran espejo infinito. Al centro se ubican unos tubos acrílicos con dulces encapsulados, que a la vez funcionan como auténticas obras de arte/objeto que suben desde el piso por el muro y el plafón, y terminan sobre la barra monolítica que guarda todos los toppings. La dinámica y la diversión se convierten en protagonistas, destacando la importancia de los toppings.
El diseño del espacio, con capacidad para 26 comensales, fue meticulosamente pensado y contempla el uso de los clientes tanto como del personal que labora en el. Desde la barra hasta los tubos de dulces y las máquinas estratégicamente empotradas y ocultas, cada detalle fue concebido para ser atractivo y funcional, creando un ambiente que invita a descubrir algo nuevo en cada rincón.
Se generó un contraste de elementos naturales como el mármol y la pasta chukum, con un toque de elegancia a través de objetos refinados en color dorado. La madera cálida de encino natural proporciona un ambiente acogedor y las texturas destacan la belleza de la imperfección a través de la evocación de materiales orgánicos como el yogurt y la tierra congelada.
La presencia de la marca se integró de manera sutil en todo el espacio, desde los elementos decorativos hasta las propias cajas de empaque. Este enfoque garantiza que la experiencia de la marca comience desde el mismo momento en que los clientes entran al local.
La ambientación se complementa con un aroma cuidadosamente seleccionado, reminiscente a una fábrica de dulces, evocando la infancia y la alegría. El toque final lo aporta un espejo infinito y una iluminación perfectamente calculada, creando un juego de luces que resalta los colores de manera ideal y transforma el espacio en un universo dulce y vibrante.
‘The Iogurt Shop’ no solo es un lugar para disfrutar de deliciosos productos, sino también un destino visualmente atractivo que invita a explorar desde el exterior de la plaza y a deleitarse en cada visita.
Equipo
Oficina de arquitectura: Yiyicaru Arquitectos
Arquitecto(s) a cargo: Yilda Cáceres, Sheyla García
Equipo: Fernanda Puig, Jorge Wade, Karla Ramírez, Gerardo Pérez, Cristian Patraca, Scarlett Díaz
Fotografía: César Belio
Materiales Usados
Stancolor: suelos y paredes interiores
Kimiplaster: Paredes
Yiyicaru Arquitectos: Muebles, Señalización y Carpintería
Marmoré: Mármol
Mosaico de pies: Azulejos
Lamper: Rayo decorativo
Percam: Espejos
Depósito de cocina: equipo