Localizado en el centro de la ciudad de Albino en Valle Seriana, (Bergamo/Italia) el micro-apartamento de sólo 25 metros cuadrados ha sido diseñado para una pareja local, de origen italiano y persa. Consiste en la restauración completa de un porche abierto, una vez utilizado como almacén, contiguo a un jardín privado.

La actitud de Francesca Perani hacia el diseño es irónica y lúdica, desdramatizando la arquitectura con un uso forzado de materiales pobres pero fuertemente caracterizados, colores atrevidos y un uso deliberado de líneas diagonales. Con la intención de extender los usos estacionales y permitir otros nuevos, la cabaña fue concebida para dar una sensación de tranquilidad e intimidad en armonía con la naturaleza circundante, así como para proporcionar privacidad de la alta densidad urbana.

Una cabaña mínima y multifuncional ubicada a nivel del suelo, que resume la funcionalidad y el ingenio estilístico de un espacio vital; un jardín en la azotea como un área exterior adicional. El edificio restaurado representa una extensión de una moderna villa construida en 1968 por el arquitecto Armen Manoukian y renovada por Francesca Perani en 2008.

Con esta nueva intervención se ha mantenido inalterada la forma exterior, dando prioridad a las grandes aberturas y a un color de fachada "tierra"; una segunda piel, un nuevo sombreado señorial y lúdico caracteriza toda la restauración. Una rejilla metálica perforada se pliega fácilmente delante de la fachada sur y define un jardín triangular exclusivo: una referencia abiertamente declarada a los antiguos arcos persas y a los parasoles adoptados aquí también como respuesta funcional a la necesidad de privacidad.

Las dimensiones limitadas y la extrema estrechez del edificio existente sugirieron un diseño interior totalmente personalizado, en el que la flexibilidad y el uso múltiple se convirtieron en factores clave.

El diseño interior se compone de dos áreas monocromáticas en abierto contraste. Warm OSB (Oriented Strand Board) define la sala de estar (19m2) como una superficie texturizada única, con la alegre intrusión de manijas recicladas de los años 60 y gres de mármol impreso usado en el área de la cocina.

Una dramática resina azul reluciente, que recuerda al índigo persa, cubre todas las caras del baño, donde surgen grifos y accesorios de color blanco brillante. La ducha adquiere carácter a partir del muro existente y aprovecha el espacio exterior del jardín privado situado frente a la puerta francesa. Las líneas diagonales definen el diseño de la encimera de la cocina y los marcos de las ventanas suspendidas asegurando un corredor dinámico donde las dos alcobas de madera facilitan una conversación frontal.

Materiales de bajo costo, atención al aislamiento térmico, flexibilidad y privacidad son los elementos clave de este proyecto, donde la arquitectura contemporánea audaz y la cultura iraní se mezclan creando una sensación tranquilizadora de intimidad y calidez.