Si hay algo que te enamora de esta casa al entrar en ella es la luz que inunda cada rincón.
Y es la luz que viene del Cantábrico, que está justo enfrente, en la playa del Sardinero de Santander, invitando a pasear por la arena y a disfrutar de la libertad de la brisa que entra por las ventanas con olor a salitre.
El estudio de la interiorista Mara Pardo quiso conservar el aire antiguo de esta casa señorial que encontró en mal estado, recuperando la altura de los techos y manteniendo la carpintería original de las ventanas, ofreciendo la oportunidad de una nueva vida tras una desastrosa reforma de los años 60 que destruyó las molduras y la distribución original, dividiendo la fábrica en 2 viviendas.
La cocina, del mismo color gris que las antiguas ventanas, se ha integrado con grandes puertas correderas que desaparecen completamente según la necesidad de cada momento de convivencia.
El comedor, junto al mirador y la cocina, se convierte en el protagonista de todas las miradas enmarcadas por una estrella polar.
Sentado en el sofá o en la veranda, podrá disfrutar del bullicio de los veraneantes y, en invierno, del sonido del mar que, con la playa vacía, llega hasta la casa.
Los apliques Tolomeo de Artemide, los mecanismos LS 990 de Jung y los "componibili" negros de Kartell aportan un toque muy contemporáneo entre los suaves textiles de Pardo Interior en el dormitorio principal.
Los globos de la obra de JuanjoViota flotan en la pared y marcan un hilo amarillo que recorre las sillas, el sofá o los detalles de la vajilla de los Pardo y atraviesa la casa hasta los dormitorios.
¿Cuál era el objetivo?
Cuando los nuevos propietarios llegaron, se encontraron con 3 habitaciones muy pequeñas y sin armarios, un salón con un espacio oscuro y sin uso, un baño y un aseo, además de una cocina desproporcionada para el espacio total de la casa.
Lo principal era encontrar una distribución racional y aprovechar al máximo el espacio vital y la luz.
Así que decidieron hacer dos grandes dormitorios con grandes armarios y añadir la zona ciega del salón al dormitorio principal para conseguir un baño.
¿Cuáles fueron los principales retos?
Para crear una sensación de continuidad y espacio, y para aprovechar al máximo los limitados 65m2 de la casa, los tabiques de la cocina y el baño no se cierran en el techo, sino que se comunican visualmente con un cristal que los aísla pero que permite mirar más allá del espacio entre las 4 paredes.
¿Qué materiales ha elegido y por qué?
La carpintería se funde con las paredes y el techo, creando un efecto de "caja de luz" para resaltar algunas piezas esenciales.
Sobre un fondo neutro continuo y el papel pintado de chevron en blanco y negro que se repite en la cocina y el dormitorio, los espacios no se interpretan como aislados, sino como una continuidad visual de las acciones cotidianas que realizamos en casa.
Esta línea vital continúa en el sencillo pero colorido dormitorio principal y en el baño verde, que evoca la vista de la terraza orientada al sur que inunda la habitación de luz solar.
Materiales utilizados:
- Flooring: FAUS FLOORING BOHO
- Interior lighting: Tolomeo (Artemide) MADE
- Interior furniture: KARTELL, INCLASS, CASUAL
- Juanjo Viota (paints) NUMA, PARDO INTERIOR