La intervención consistía en la renovación de tres antiguos edificios rurales en el campo de Arezzo, cerca de Anghiari. El proyecto, en su conjunto, se basaba en el deseo de considerar las estructuras preexistentes, tratando de mantener el vínculo entre el lugar y el edificio, partiendo del supuesto de que este vínculo existía como siempre para las arquitecturas rurales.
Estas arquitecturas "sin arquitectos", como las llama Bernard Rudofsky, enseñan lo delicada que puede ser una intervención si existe una conciencia histórica y un arraigo territorial, y pueden servir de inspiración para una modernidad que tiene fuertes vínculos con la historia o más bien es una evolución natural , un método que considero el único posible en los lugares donde la intervención humana es todavía muy limitada.hay tres cuerpos principales, un cuerpo originalmente empleado como vivienda y establo para vacas, un cuerpo originalmente empleado como granero-porqueriza, y un cuerpo empleado como almacén.
Además de éstos, el complejo incluye otro pequeño edificio que ha sido completamente reconstruido porque se derrumbó y tres hectáreas de terreno, en parte de césped y en parte destinado a olivares y viñedos. En el exterior los únicos elementos agregados son la piscina infinita, completamente cubierta de piedra natural, con una vista panorámica de las colinas y un camino de piedra que conecta las diversas partes de la casa.
El primer edificio tiene dos puertas de entrada, una en la planta baja y otra en el primer piso, estando parcialmente empotrada en la pendiente del terreno natural. La leñera está situada en la entrada norte de este cuerpo, inmediatamente después de la casa el comedor con la chimenea, las paredes en piedra local son el resultado de una cuidadosa restauración, las vigas del techo son de roble recuperado antiguo, se ha elegido un cemento fratasado hecho a mano para el suelo. Conectada al comedor, la cocina de la casa está organizada alrededor de una isla central de acero de diseño que incorpora quemadores, fregadero y encimera, con estantes de acero inoxidable sobre los que se sitúa un antiguo fregadero de piedra, sobre el suelo baldosas de cemento de recuperación de origen florentino. La zona de estar junto al comedor también se caracteriza por altos muros de piedra local y antiguas vigas de roble.
La escalera de conexión entre los dos pisos de la casa principal, que no estaban conectados salvo por una pequeña trampilla, se inserta en una habitación obtenida de la demolición de parte de la losa y está compuesta por un perfil de hierro natural desprendido de las paredes perimetrales, adornado con un pequeño pasamanos de latón y una gran lámpara de techo escultural. El rellano de la planta baja, donde se encuentran las habitaciones privadas precedidas de una sala de estar, se caracteriza por un suelo de piedra natural partida elegido indistintamente para el interior y el exterior para anular los límites.
El baño que atiende al dormitorio está completamente cubierto de cemento fratasado a mano y cuenta con un estante fundido en el lugar como signo gráfico para indicar la posición del antiguo pesebre. El dormitorio principal emplea parte de lo que fue el establo, las bóvedas de ladrillo originales se conservaron gracias a una intervención de restauración que combinó la voluntad conservadora con los requisitos de adaptación a las normas antisísmicas. El segundo edificio, antes utilizado como granero y pocilga, consta de dos niveles ocupados ahora por tres dormitorios.
También en este caso el exterior conserva las características arquitectónicas originales. En cuanto a la intervención en su conjunto, se consideró necesario intervenir en el respeto de las características compositivas y materiales, estudiando las peculiaridades del territorio, actuando puntualmente para preservar lo que se podía conservar, haciendo una profunda investigación de los materiales tradicionales e insertando elementos de contraste limitados. Por ejemplo, los tejados, destinados a estructura y revestimientos, han sido completamente rehechos respetando los limitados espesores originales, adoptando diversas medidas para mantener inalterada la estética de las fachadas. En el caso concreto del granero, en el piso superior, las estanterías de ladrillo han sido reconstruidas conforme a la tradición, utilizando material antiguo y obteniendo de la restauración lo que era una luz filtrada muy confortable, a menudo buscada en la arquitectura actual.
Para la cubierta hemos elegido un abeto antiguo que va bien con el armazón original. El dormitorio que ocupa toda la planta superior se caracteriza por una superficie homogénea de resina que cubre completamente los suelos y el bloque de baño central, convirtiéndolos en un solo cuerpo, en contraste con las paredes perimetrales en rasopietra y con la madera antigua del tejado. El tercer y último edificio reconstruido contienen respectivamente un taller para la fabricación de cerámica y un arrendamiento técnico al servicio de la piscina.
Ambos fueron abordados con la misma filosofía que caracterizó toda la intervención. Se ha prestado especial atención a la iluminación artificial interna y externa, la elección se caracteriza por unos pocos elementos, una luz muy cálida y el deseo de alternar zonas que requieren una iluminación escenográfica con zonas de sombra.