El proyecto es una casa de playa de 400㎡ en Aranya, China. Aunque el cliente nos pidió que rediseñáramos una casa nueva para adaptarla a su maravilloso entorno, recuperamos y modificamos la estructura anterior para añadir un ala más corta en el lado sur que permitiera abrir más espacios habitables. De un modo sostenible, recreamos una nueva experiencia espacial que fluye "a través" del edificio, que involucra a la gente con el entorno de este lugar privilegiado a medida que uno se mueve por la casa.
 
Nuestra intención arquitectónica era crear una serie de espacios dinámicos que pudieran funcionar como múltiples nichos de reunión y más espacios comunes para el entretenimiento. A medida que uno se adentra en la casa desde la entrada, la luz difusa entra por todos los lados a través del edificio, así como el flujo de aire. Aunque la planta baja es totalmente diáfana, con vestíbulo semiexterior, cocina, comedor y biblioteca, el concepto de la casa también facilita la circulación entre los dos niveles.
 
Su fachada norte se ha reconfigurado con dos volúmenes que se entrelazan: un muro de hormigón blanco en forma de "T" engrosada que se asienta sobre un zócalo de roca de esquisto de capas oscuras. Esta sólida armadura en forma de "T" de la fachada norte protege al edificio de los fríos vientos invernales del norte, al tiempo que sus superficies onduladas y sus aberturas troqueladas hacia dentro y hacia fuera proporcionan a la comunidad una viva expresión.
 
La mayoría de los materiales de construcción son de procedencia local, sobre todo las tiras de roca del zócalo que se extienden desde el exterior hasta el interior. También adaptamos muchas artesanías locales, desde el suelo de terrazo hasta el mosaico de guijarros. Lo más avanzado fue el hormigón moldeado ondulado con vetas de madera de la fachada.
 
En última instancia, la Casa T pretende ofrecer una miríada de atmósferas definidas por el espectro del entorno natural y la vida comunitaria que caracteriza todo el entorno del emplazamiento.