El edificio del futuro para la colaboración innovadora
Hive, el Centro de Innovación de Alimentos de Unilever en Wageningen, una nueva instalación de investigación de vanguardia para innovaciones en alimentos saludables y sostenibles, abre oficialmente sus puertas en diciembre de 2019.


Las instalaciones han sido diseñadas por Paul de Ruiter Architects, que, según Unilever, han creado "un edificio inspirador, sostenible y práctico a la vez, que facilita la colaboración innovadora".


Esta instalación de energía neutra recibió la certificación "Sobresaliente" del organismo holandés de evaluación del rendimiento medioambiental BREEAM, lo que la convierte en uno de los edificios multifuncionales más sostenibles del mundo. Su diseño se basa en el deseo de Unilever de facilitar el intercambio de conocimientos y la libre circulación de ideas, y las instalaciones funcionan como un centro de interacción y colaboración para los nutricionistas de la empresa, los investigadores y estudiantes de la Universidad e Investigación de Wageningen (WUR), y las nuevas empresas e institutos de conocimiento locales que participan en la innovación relacionada con la alimentación.

Unilever: "Paul de Ruiter Architects ha creado un edificio inspirador, sostenible y práctico a la vez, que facilita una colaboración innovadora."

Diseño diáfano y ubicación estratégica
El diseño de planta abierta y la ubicación estratégica del edificio en la Universidad de Wageningen proporcionan un grado óptimo de interacción entre Unilever y las diversas partes con las que trabajará en el ecosistema alimentario de la ciudad. Este énfasis en la interacción se extiende más allá de los profesionales del sector, como demuestra la accesibilidad de una parte importante de las instalaciones al público en general. Todo ello contribuye a impulsar la ambición de la ciudad de Wageningen de convertirse en el centro mundial del conocimiento para la industria (agro)alimentaria y las ciencias de la vida.

Diseño pensado para la salud y el bienestar del usuario final
Los visitantes de la mayoría de los edificios comerciales se ven obligados a superar algún tipo de barrera de seguridad nada más cruzar la puerta. Unilever se propuso todo lo contrario: un edificio "acogedor por defecto". Aquí se entra en un vestíbulo amplio, luminoso y de seis metros de altura que no sólo es liberador en su apertura, sino que también pone de manifiesto la dedicación del centro a la alimentación. Así, el mobiliario tradicional de una recepción típica ha dado paso a un espacioso bar de comidas, donde visitantes, estudiantes, aficionados a la gastronomía, etc. pueden disfrutar de una buena taza de té o de un nutritivo almuerzo mientras siguen la actividad de la planta piloto, la minifábrica de la instalación.
Frente al bar hay una gran cocina de demostración, donde se organizarán sesiones culinarias y degustaciones todos los días. El diseño diáfano de la instalación se extiende a esta cocina, lo que permite que estas sesiones y degustaciones tengan lugar a la vista del público visitante. Un poco más abajo hay un auditorio abierto, que funciona como ayuntamiento para que los innovadores de la alimentación compartan sus conocimientos en conferencias y simposios.
El auditorio conecta la planta baja con el mercado de alimentos de acceso público, las salas de reuniones y el restaurante de la primera planta. Junto al mercado de alimentos hay una zona de concesiones, donde los socios de Unilever pueden establecerse y formar parte activa del ecosistema de alimentos. Esta zona proporciona a Unilever un catalizador interno para el intercambio de ideas entre ella y sus socios agroalimentarios de la Universidad de Wageningen.
En la planta baja también se encuentran las cocinas de experiencias de Foods. Estas cuatro "cocinas de la innovación" y la gran cocina de demostración constituyen el escaparate creativo de los chefs de Unilever, que las utilizarán a diario no sólo como cocinas de prueba, sino también para sesiones culinarias con grupos externos, clases de cocina y recepciones especiales.
Un atrio luminoso con una claraboya y una amplia escalera de madera comunica la planta baja con las oficinas y laboratorios de Unilever. Un aparcamiento subterráneo situado inmediatamente debajo del edificio y que cubre una superficie del tamaño de su huella proporciona aparcamiento para el personal tanto de Unilever como de la Universidad de Wageningen.
Uno de los rasgos distintivos de este edificio es su gran apertura. Esta cualidad se extiende por toda la instalación, como demuestra una distribución que permite el acceso visual directo a la mayoría de las funciones desde cualquier punto del edificio. La disposición y las diversas innovaciones incluidas en el diseño también contribuyen a la salud y el bienestar de los empleados y visitantes de Unilever, ya que incitan a las personas a moverse por el edificio e interactuar con sus compañeros de ocupación.
El Centro de Innovación Alimentaria de Unilever es un ejemplo perfecto de lo que significa en la práctica la arquitectura sostenible.

Un equipo de pioneros del diseño y la construcción
El principal deseo de Unilever era un diseño que se correspondiera a la perfección con sus objetivos de rendimiento y sus ambiciones de sostenibilidad. Para garantizar su consecución, la empresa elaboró un pliego de condiciones integrado que exigía una respuesta conjunta de las distintas partes que participarían en el diseño y la construcción de las instalaciones. En respuesta, Paul de Ruiter Architects se reunió con otros especialistas con experiencia en diseño y construcción según los principios de la economía circular, formando un consorcio dedicado a crear el edificio más innovador posible para la consecución de todas las ambiciones operativas y de sostenibilidad de Unilever. Se trataba de Dura Vermeer, para la construcción, DWA para la ingeniería de servicios del edificio y las medidas de sostenibilidad (BREEAM) y Fokkema & Partners para la arquitectura interior.

Cocreación intensiva
Este consorcio de expertos en diseño y construcción colaboró estrechamente en todo momento, diseñando, dando forma y desarrollando las instalaciones excepcionalmente sostenibles y fáciles de usar que existen en la actualidad. La intensidad de la colaboración incluyó un estrecho contacto con Unilever, garantizando que todos se implicaran por igual en el proyecto de principio a fin. Este grado de colaboración se vio facilitado por nuestro uso de herramientas de simulación vinculadas a un BIM (Building Information Model), que nos permitió crear y coordinar simulaciones detalladas de diversas decisiones de diseño y construcción.

Este enfoque es un elemento básico de nuestra práctica, ya que permite a los equipos ser más creativos e innovadores, y hacer que los buenos planes sean aún mejores.
