En el Eixample de Barcelona, el estudio español de arquitectura y diseño GCA Architects ha transformado una antigua fábrica industrial del siglo XIX en un luminoso espacio de oficinas. Combinando patrimonio arquitectónico y diseño contemporáneo, la transformación maximiza cuidadosamente las cualidades estéticas y la funcionalidad del edificio, y hace hincapié en la eficiencia energética.
El proyecto de rehabilitación proporciona un nuevo hogar a la Fundació Bofill (Fundación Bofill), una organización sin ánimo de lucro que promueve y amplía las oportunidades educativas para superar las desigualdades sociales en Cataluña. GCA Architects considera que proyectos como este son "oportunidades para potenciar la economía circular de las ciudades transformando estructuras obsoletas en edificios eficientes que desvelan las capas de historia incrustadas en ellos."
La fábrica se construyó en 1850 y constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura industrial española de la época. GCA Architects llevó a cabo una minuciosa exploración de los numerosos elementos y atributos del edificio, decidiendo cuáles conservar y restaurar. Décadas de renovaciones dieron lugar a la acumulación de numerosas capas que hubo que desprender, revelando así la estructura y el carácter originales de la fábrica. En el exterior, una "meticulosa restauración de las fachadas desvela la belleza policromática minimalista del estuco original", afirma el estudio.
Al reformar los 1.871 metros cuadrados de la fábrica, GCA Architects incorporó nuevos elementos que respetan el patrimonio del edificio y contrastan con él. "Esto crea una clara distinción entre lo antiguo y lo nuevo", afirma el estudio. "Un ejemplo de esta estrategia [puede verse en] los muros de ladrillo y las vigas de madera, que se han reforzado estructuralmente con añadidos de acero pintados de gris oscuro". En las salas de reuniones, los materiales con tonos cromados añaden un toque contemporáneo a la piel industrial.
"El ritmo de la estructura y las ventanas del edificio existente se acentúa con la inserción transversal de iluminación técnica e instalaciones", afirma el estudio. Lo antiguo se funde con lo nuevo en todo el edificio, una transformación que mantiene la esencia industriosa de la fábrica. Las recientes adiciones realizadas por GCA Architects realzan el espacio, pero es la historia del edificio la que ocupa el primer plano.
El cliente solicitó flexibilidad en todo el entorno de trabajo. En un ejemplo, el uso de paneles y cortinas móviles permite reconfigurar un espacio para eventos de 250 metros cuadrados en la planta baja. Una superficie de proyección retráctil transforma el espacio en una sala de proyecciones. GCA Architects mantuvo la escalera original, que une las zonas de trabajo conjunto de las plantas superiores con las instalaciones de la planta baja, que incluyen una cocina, una zona de recepción y un jardín.
Tras haber terminado el primer edificio "inteligente" de España en el barrio barcelonés de Poblenou, la sostenibilidad es un factor importante en los proyectos emprendidos por GCA Architects. "La renovación ha transformado la antigua fábrica en un edificio de alta eficiencia energética, alcanzando la máxima calificación de eficiencia energética: una calificación A", afirma el estudio. Para aumentar aún más la eficiencia y reducir los costes energéticos, el estudio instaló 32 paneles fotovoltaicos.
Pensando en el proyecto en su conjunto, GCA Architects reflexiona: "Este proyecto de rehabilitación transformadora no sólo revitaliza un edificio histórico, sino que también celebra la interacción dinámica entre el pasado y el presente, entrelazando armoniosamente el patrimonio arquitectónico y el diseño contemporáneo."