El pavimento continuo verde conecta todos los espacios.
Un apartamento en el Born barcelonés
El proyecto diseñado porNadaparte de la necesidad de rehabilitar una vivienda de 70 m2, situada en un edificio plurifamiliar de los años 70 junto al Passeig Picasso de Barcelona. ElParc de la Ciutadella, el más concurrido de la ciudad, predomina las vistas de este moderno apartamento.
El estado original se encontraba muy compartimentado, con muchos espacios inutilizados, con circulaciones estranguladas y con espacios que no mostraban ninguna voluntad de interacción.
Distribución sin obstáculos
El objetivo de la propiedad, una pareja de jóvenes profesionales, es rediseñar la antigua vivienda y plantearla de nuevo desde cero sin mostrar demasiado interés por la distribución preexistente. La propuesta de Nada debía contener un dormitorio principal con zona de vestidor, una cocina abierta y un espacio de estudio privatizable.
El presupuesto destinado a esta intervención era relativamente contenido teniendo en cuenta las aspiraciones de los clientes y la obra a realizar.
Con estas premisas, Nada ha diseñado una vivienda con aspecto actual y con materiales sencillos y coherentes. Se trata de un apartamento muy abierto, dónde los espacios interactúan entre si y donde no hay nada diseñado al azar.
Un espacio donde fluye la luz
El diseño propuesto por el estudio Nada centra su atención en enfatizar la luz natural y su conexión con el exterior. Las contenidas dimensiones del apartamento convierte en prioritario volcar todos los usos de la vivienda hacia las ventanasy liberarla de cualquier obstáculo que detenga el flujo de luz.
Para ello, seha limpiado el espacio eliminando todas las divisiones previas, excepto el gran muro de carga transversal que se ha aprovechado para esconder las estancias de servicios.
Un bloque blanco distribuye y libera el espacio
Se ha construido un bloque blanco central que distribuye los diferentes usos en el espacio. Erguido en el salón, este bloque blanco contiene una hornacina por el lado del salón, la zona de vestidor, así como diferentes librerías y zonas de almacenaje. En el interior del bloque blanco y casi escondido, se creala segunda habitación, muy conectada al salón y con usos muy flexibles.
Puertas que recuerdan los shoji japoneses
Las circulaciones se han facilitado evitando el uso de puertas y otorgando privacidad a la zona de noche mediante la propia circulación a través del vestidor.
No obstante, se ha previsto la necesidad de mayor intimidad en momentos puntuales tanto en el dormitorio principal, como en la habitación conectada al salón mediante cerramientos traslúcidos expresamente pensados para ocultar las librerías. Éstos cristales al ácido también sirven para tapar los huecos de paso a las estancias, pero permiten que luz sigue fluyendo por todo el espacio.
Las puertas correderas traslúcidas aparecen desde el interior del bloque blanco central y actúan como lámpara desde el exterior, creando sugerentes sombras. Puertas que liberan la luz como una versión renovada de los shoji, o puertas japonesas.
El baño y la zona de lavado se esconden mediante puertas correderas opacas detrás del muro de carga que cruza el apartamento transversalmente.
El pavimento continuo verde invade todas las estancias
Con el objetivo común de potenciar el flujo de luz y obstaculizarla lo mínimo posible, el equipo de Nada ha seleccionado materiales sencillos, limpios y sin pretensiones.
El predominio del blanco en todos los paramentos verticales contrasta con el pavimento continuo verde que invade todas las estancias del apartamento. Un verde que nos recuerda la copa de los árboles que se puede intuir tras las delicadas cortinas que tamizan la luz.
La cerámica en tono arena de la cocina y del baño, reaparece como hilo conductor en otras estancias del apartamento y alude al carácter mediterráneo de la ciudad.
La elección de pocos colores ha simplificado el espacio, aunque éstos han sido expresamente seleccionados para crear calidez y ordenar coherentemente las funciones del apartamento.
Hitos del diseño complementan el interiorismo
El mobiliario se ha integrado en la medida de lo posible en el propio proyecto de interiores para evitar el uso de muebles auxiliares que restarían espacio y amplitud. Sin embargo, el equipo de Nada ha seleccionado varias piezas icónicas y las han combinado con un resultado más que plausible.
En el salón, preside la mesa Tulip realizada en mármol blanco. Diseñada por EeroSaarinenen los años 50, pretende eliminar “el mundo feo, confuso y desconcertante” que se esconde bajo las mesas. La acompaña las sillas de la misma serie y la corona la lámpara HeadHatBowl de Santa & Cole.
En el módulo blanco central, el EyeClock de George Nelson, también diseñado en los años 50, observa todo lo que ocurre en el salón. Junto al sofá, la ExecutiveArmChair, también de Saarinen, aporta la nota de color. La lámpara de suspensión Parentesi, diseñada por AchilleCastiglioni en los 70, ilumina la textura del ladrillo original del pilar.